Reportaje publicado originalmente el sábado 26 de septiembre del 2015.
Este 29 de septiembre se cumplen 484 años de la fundación de la Villa de San Miguel de Culiacán. Durante ya casi 5 siglos de historia, la ciudad ha pasado por etapas como la Colonia, la Independencia, el Porfiriato y la posrevolucionaria, dejando cada una de ellas su huella a través de algún inmueble.
A continuación te mostramos algunas de las edificaciones que, según el arquitecto y presidente de Arquitektónica, Carlos Ruiz Acosta, así como el arquitecto y catedrático de la UAS, Dr. Martín Sandoval Bojórquez, deben conservarse y admirarse como evidencia del orgullo histórico e identidad cultural de Culiacán.

La Tercena (Archivo Histórico) | 1700
(Antonio Rosales)

Originalmente propiedad del Gobierno español, el hoy Archivo Histórico del Estado fue construido como estanco de tabaco, naipes y alcohol en la época en que, como medida de control, solo el Gobierno español los vendía agregándoles un impuesto. Después de la Independencia, el edificio pasó a la Iglesia y, con las Leyes de Reforma, fue comprado por un privado que a su vez lo vendió al Gobierno para que fuera Palacio de Gobierno estatal. Años más tarde, el arquitecto Luis F. Molina lo remodeló agregando una fachada romana, una planta completa, una arquería y una escalera monumental.
Casa de Luz López Meza | 1790
(Rafael Buelna y Álvaro Obregón)

Representa a una de las pocas casas señoriales que hubo en el último tramo de la colonia española, cuando Carlos IV reinaba España. Entonces Culiacán pertenecía a la Intendencia de Arizpe que iba desde Rosario a Tucson. Es junto con otras 4 o 5 residencias, el único legado del siglo XVIII. Esta casa de la familia De la Vega fue construida aproximadamente en la década de 1790 y debe restaurarse para saber cómo vivían en ese siglo y para convertirse en el museo de la ciudad. “Perderla, como está sucediendo, sería aceptar una desvergonzada indiferencia”, señala el arquitecto Ruiz Acosta.
Palacio Municipal | 1842
(Álvaro Obregón)

El actual Palacio Municipal fue construido originalmente como seminario de Culiacán, entre 1838 y 1842, a petición del obispo Lázaro de la Garza y Ballesteros.
Fue la primera institución de educación superior del estado y muestra un espacio de recogimiento, a pesar del vaivén y del uso poco evangélico actual. De ahí salieron los primeros padres e incluso arquitectos. Los primeros embates para quitar el edificio a la Iglesia fueron en la época de la Reforma. Lo perdieron con la Revolución Mexicana cuando se expropió de manera definitiva y tuvo diferentes usos.
Museo de Arte de Sinaloa | 1849
(Rafael Buelna y Ruperto L. Paliza)

Para el arquitecto Sandoval Bojórquez, el actual Museo de Arte de Sinaloa debió construirse alrededor de los años 30 del siglo XIX. “Esa es la época en que se empieza a querer establecer a Culiacán como ciudad”, señala. Propiedad de la familia Martínez de Castro, en un principio el Masín fungió como casa habitación, luego lo rentaron como Palacio de Gobierno, antes de que este se mudara al actual Archivo Histórico. Más adelante el edificio funcionó como barandilla para después ser remodelado y adecuado como museo a principio de los años 90.
Catedral | 1855
(Álvaro Obregón)

“Si tú entras a la Catedral y ves los laterales y los retablos, son de influencia neogótica; en el estilo se puede percibir que hubo algún maestro cantero que trajeron de Guadalajara, porque no había arquitectos en esa época”, dice Martín Bojórquez de la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Rosario. Su construcción fue por iniciativa del séptimo obispo de Sonora y Sinaloa, Lázaro de la Garza y Ballesteros en 1842 y se terminó en 1855. Del interior destaca la ornamentación neoclasicista de los paramentos, con grandes pilastras empotradas y sobrios entablamentos exaltados con metopas y triglifos.
Hospital del Carmen | 1887
(Miguel Hidalgo y Aquiles Serdán)

Según el historiador Antonio Nakayama, el edificio lo mandó construir doña Carmen Amador con la participación del obispo José de Jesús Uriarte, después de que Culiacán fue atacado por la fiebre amarilla en 1851. Debió haberse construido en la segunda mitad del siglo XIX. Tiene una capilla que pudo haber sido el trazo original del primer maestro constructor de la Catedral. “El hospital es sin duda un edificio emblemático que hizo de todo por la salud en la segunda mitad del siglo XIX”, agrega Sandoval Bojórquez.
Edificio Caades | 1948
(Juan Carrasco e Ignacio Zaragoza)

La modernidad arquitectónica arrancó en México en 1930. Caades es una de las joyas de esta tendencia en el noroeste del país. Sus formas están inspiradas en la fábrica Van Nelle en Rotterdam de los arquitectos Brinkmann, Leendert y Stam y en la obra de Mario Pani. Aparenta estar conservado pero requiere una intervención que le devuelva el esplendor original pues tiene distorsiones irreparables en interior y fachadas, como cerámica vidriada, aluminio y ventanas de persiana de la década de los 60.
Escuela Normal E. Obeso | 1949
(Benito Juárez y Guadalupe Victoria)

Con un diseño con clara influencia de Le Corbusier y Mario Pani, la Escuela Normal Emilio Obeso es un extraordinario ejemplo de las instalaciones educativas del país en su etapa de expansión masiva.¿ “Cuando las escuelas se hicieron conceptualmente avanzadas para su época… es a mi juicio la mejor escuela hecha en Sinaloa”, sostiene Ruiz Acosta. “Su restauración le daría al sector educativo, a la historia de la educación, al patrimonio arquitectónico de la modernidad y a la sociedad, la idea de lo bien que se pueden hacer las cosas en México”, puntualiza.
Casa Ritz-Williams | 1950
(Juan Carrasco e Ignacio Zaragoza)

Esta casa es un buen ejemplo de un periodo influenciado por el arquitecto austriaco Richard Neutra, quien junto con otro austriaco, Rudolph Schindler, definieron la casa y el estilo de vida californianos. El enmarcamiento y la horizontalidad con parteluces en la fachada principal, producen un efecto que la ha mantenido a la vanguardia. El uso de mosaico veneciano azul de Prusia afirma la calidad del diseño racional. La casa conserva la estructura original, pero está deteriorada en los detalles. Actualmente alberga oficinas del Partido Acción Nacional.
Preparatoria Central UAS | 1958
(Rafael Buelna y Nicolás Bravo)

El proyecto es de muy buena factura, tanto que aún subsiste intacto a pesar de las turbulencias universitarias. Su autor la concibió en acero, el cual se conocía en Culiacán por los puentes del ferrocarril y en bodegas, pero no se había usado en arquitectura con ese atrevimiento. Está bien conservada, si acaso con pegostes y malas intervenciones, mantiene bien la imagen original, lo cual habla de que fue bien construida. En palabras del presidente de Arquitektónica “es ante todo una obra adelantada para Sinaloa”.
La Estrella | 1965
(Cervecería Cuauhtémoc)

La obra pertenece a las estructuras de mantos hiperbólicos que el arquitecto español Félix Candela desarrolló en México para el mundo. Félix Candela formó a una generación de arquitectos mexicanos, uno de los cuales fue Jorge Molina Montes, autor del proyecto de La Lomita. En el país existen contadas obras de esta tendencia, muchas de las cuales carecen del atractivo de las formas curvas que se obtienen con esa técnica. La Estrella es una estructura de gran belleza a la altura de las mejores del país y debe lucirse y usarse como parte fundamental de nuestro patrimonio moderno.
La Lomita | 1967
(Paseo de Humaya)

La Lomita fue construida en un cerro, donde algunos creen que estuvo un centro ceremonial Prehispánico. Se cree que el santuario original fue realizado por el arquitecto Luis F. Molina a principios del siglo XX. En la década de los 60 la compañía constructora Casas y Obras construyó sobre la antigua capilla la iglesia que se conoce en la actualidad. Al finalizarla, el ingeniero Gonzalo Ortiz de Castro dinamitó la capilla que aún yacía debajo de la nueva estructura. Se dice que sus 144 escalones son el pago a una promesa de amor realizada por el general Ramón F. Iturbe el día de su boda.
Palacio de Gobierno | 1980
(Insurgentes)

Con un costo de más de mil millones de viejos pesos, incluida la sede del Supremo Tribunal de Justicia, el Palacio de Gobierno fue diseñado por el arquitecto Eduardo de la Vega Echavarría por encargo del exgobernador Alfonso Genaro Calderón Velarde. Se dice que Echavarría se inspiró en la monumentalidad de las construcciones de Albert Speer, arquitecto de Hitler y ministro de Armamento y Guerra del Tercer Reich durante la Segunda Guerra Mundial. Fue inaugurado por el entonces presidente de la República, José López Portillo, el 13 de septiembre de 1980.
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