Descansando un poco (nada más un poco) del tema de las campañas, los debates, la guerra sucia y la competencia entre Carta Blanca y Modelo, que extraordinario mayo estamos teniendo: está igualito que junio.

La lluvia del fin de semana anterior es un evento “rarísimo”, como raro es el calor húmedo que le precedió y todavía sigue; el clima suele ser como esas muñecas rusas que traen una dentro de otra, se compone de ciclos dentro de ciclos, y de unos años para acá, pareciera que nuestra región inicia un ciclo verde de aproximadamente cien años.

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Son muy pocos los argumentos para sustentar mi hipótesis, sólo tengo los testimonios de gente mayor que yo, mi madre sobre todo, quienes recuerdan un tiempo cuando las lluvias iniciaban en mayo “como en Guadalajara”, asimismo, coinciden las declaraciones, no era extraño usar chamarra desde las madrugadas de octubre y en invierno las heladas eran de rigor.

El norte de Sinaloa, me explicaba Manuel Tarriba, era fundamentalmente triguero por las frecuentes heladas, pero estas se fueron espaciando hasta casi desaparecer y ahora ahí se siembra maíz también. Y las heladas están volviendo. No sé, a lo mejor le atino, por lo tanto hago constar que, de ser así, fue por pura chiripada, así que mejor les comparto ahora mis recuerdos del clima del pasado reciente.

Antes la temporada de lluvias era temporada de campañas, ambas iniciaban en julio y concluían en octubre, eran para Hombres (así, con mayúsculas) que no usaban suburban y se subían a un cuaco sin que hubiera fotógrafos presentes, capaces de aguantar el infierno sinaloense sin avergonzarse por traer los sobacos ensopados. La última que recuerdo muy bien fue la de Juan Millán, por el PAN iba Emilio Goicochea (mazatleco) y me tocó cubrir para televisión el inicio de campaña, en el asta bandera del 3 Ríos; el candidato estaba por soltar sus primeras palabras cuando se va soltando un chaparrón, que nomás falto cayeran hasta baldes; en la que nos vimos para proteger cámaras, tripies, micrófonos…luces no, porque al principio era un pinche solazo.

Las leyes electorales cambiaron en nuestro estado, ahora las campañas concluyen en junio y, qué curioso, el clima se va modificando para seguir a nuestros próceres en su periplo por el voto de los sinaloenses. Va a resultar que la política atrae a la lluvia.

Por fin una buena.

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