Efecto ESPEJO | Participaciones federales: Sinaloa sufre; el gobernador cuida las formas

Por más que el Gobernador Quirino Ordaz Coppel insista en no cruzar la línea de prudencia en la que ha sostenido su relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador, el impacto que tiene en Sinaloa la retención de los recursos federales comprometidos para 2019 se traducirá pronto en motivo de alarma con estragos en la economía, política y obra social.

Como anticipo de las dificultades que serán más severas conforme pasen las semanas, ahí está la obra pública a medias, el aplazamiento de compromisos financieros con trabajadores, proveedores y dependencias estatales a raíz de que “el aprendizaje en el nuevo gobierno ha traído costos”, según considera el gobernador en entrevista con el diario Noroeste.

A finales de junio el secretario de Administración y Finanzas del gobierno de Quirino Ordaz, Carlos Ortega Carricarte, dio a conocer que las participaciones federales han ido a la baja de manera considerable, lo cual ocasiona repercusiones en el flujo presupuestal del estado, operación de diversos programas y realización de obras.

Si bien es cierto que el problema se generaliza en México, en lo que concierne a Sinaloa causa mayor extrañeza debido a que la relación entre Ordaz Coppel y López Obrador la consideran buena ambos mandatarios, sin que tal cordialidad dé resultados en el terreno de los hechos.

Lo más seguro es que pronto suba de tono el reclamo al pasar del “sí es importante el que se agilicen más las cosas en el Gobierno federal, creo que es necesario que las secretarías vayan al ritmo del presidente” que expone cuidadosamente Ordaz Coppel, a la exigencia enérgica de respeto al pacto federal que prepara la Conferencia Nacional de Gobernadores para que AMLO destrabe los recursos comprometidos con los estados.

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