Efecto ESPEJO | Evo Morales y la moraleja latinoamericana
El llamado “eje socialista” en América Latina, o el “eje progresista” como lo renombrara recientemente el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, topa hoy con la dimisión al cargo del mandatario de Bolivia, Evo Morales, después de que el Ejército se pronunció “sugiriendo” la renuncia y desencadenando en su contra acciones como el cateo […]

El llamado “eje socialista” en América Latina, o el “eje progresista” como lo renombrara recientemente el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, topa hoy con la dimisión al cargo del mandatario de Bolivia, Evo Morales, después de que el Ejército se pronunció “sugiriendo” la renuncia y desencadenando en su contra acciones como el cateo domiciliario, supuesta orden de aprehensión y dificultad para abandonar su país.
El hecho, ocurrido tres semanas después de que Evo Morales intentara forzar la cuarta reelección y ello diera lugar a convulsivas protestas y que la Policía Nacional se le rebelara, constituye la moraleja precisa para sistemas políticos que son instalados con toda la fuerza social, pero que al paso de los años la misma masa que los eligió castiga modos de gobernar irremediablemente fallidos.
Y en México, para no variar, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador volvió a operar con el error pues el fin de semana el canciller Marcelo Ebrard apoyó la convocatoria a nuevas elecciones a las que convocó Morales, lo cual AMLO calificó como “un triunfo de la democracia” sin embargo la renuncia echó abajo la precipitada reacción mexicana.
Hoy el gobierno de López Obrador ofreció asilo político a Evo Morales y dio a conocer que el gobierno de México “no aceptaría un gobierno de carácter militar”, mientras la pregunta que ronda en el continente está relacionada a si aprendieron o no la lección los regímenes fundados en el populismo y liderazgos mesiánicos.
Evo Morales cumpliría 14 años como mandatario de Bolivia y mediante un gran fraude electoral intentó violentar de nuevo la Constitución al intentar la tercera reelección a pesar de que la carta magna le permite solo una, situación que hartó a la población hasta generar que el presidente renunciara bajo el pretexto de la pacificación de Bolivia. Es, con toda la claridad posible, la gran enseñanza para México y toda América Latina.
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