En SuKarne, la empresa que ha sido ganadora en dos ocasiones con el Premio Nacional de Exportaciones, las cosas no marchan igual, ha reducido hasta el 30 por ciento de su producción.

“SuKarne procesa +1.5 millones de cabezas de ganado anualmente en todas sus instalaciones de engorda y proceso. Se estima una reducción de aprox. 20-30% de la producción, derivada de la contingencia por COVID-19”, señaló Efraín Reséndiz, director general de Desarrollo de Negocios SuKarne a través de un cuestionario que respondió a ESPEJO.

¿Cuál es el impacto en los costos por la pandemia?, se le cuestionó.

“Es difícil de estimar aún cuál será el impacto en costos y rentabilidad, derivado de la contingencia por COVID-19”, dijo.
La Covid-19 es una enfermedad de alto contagio y por esta han enfermado 4.9 millones de personas en el Mundo, de las cuales 323 mil han muerto por esa enfermedad, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud.

Para contener el número de contagios se plantearon diversas medidas por los gobiernos, como el cierre de trabajos no esenciales, es decir, de los que no se dependiera una necesidad básica.

Hay miles de comercios que cerraron de forma momentánea o parcial, pues hay algunos que permanecieron con una forma distinta de hacer negocios, como el comercio electrónico, con envíos a domicilio.

Pero hay otro tipo de negocios que no cerraron porque sus giros son esenciales, sino que tuvieron que adaptar sus procesos internos, como la producción de alimentos.

La mayoría de esas empresas en México decidieron cambiar horarios, reducir personal o reducir producción.

Sin embargo, la reducción tiene un costo importante.

En Estados Unidos han cerrado al menos 20 plantas de producción de carne por Covid-19, la enfermedad que ha atacado a más de 4 millones de personas en el mundo.

Por esos cierres, SuKarne podría ampliar su capacidad de producción y aprovechar la veta, pero la política que se adecuó fue distinta, la de continuar con el abasto nacional.

“Las plantas de producción de SuKarne mantendrán dentro del panorama actual de trabajo, un proceso laboral que permita continuar con el abasto al mercado nacional”, indicó Reséndiz.

“Nos enfocamos en mantener la producción bajo las actuales circunstancias. Deseamos que la industria y la competencia tanto en México como fuera del país tengan pronta recuperación en sus procesos de trabajo”, añadió.
Pero no solo fue la reducción de personal o de la producción, sino que se han tenido que tomar medidas importantes, como el cierre momentáneo de las plantas de Culiacán y Mexicali.

“Particularmente, y ante la alta incidencia de casos confirmados de COVID-19 en Sinaloa y Baja California, la empresa hizo un alto en sus operaciones por un fin de semana en la Planta de Producción de Culiacán y en la de Mexicali, para llevar a cabo un proceso profundo de sanitización preventiva adicional”, se señaló.
Esos procesos profundos de sanitización son usuales, pero estos fueron de forma extraordinaria para mantener los certificados internacionales.

SuKarne no especificó el costo de las pérdidas, a la espera de que termine la contingencia sanitaria y hacer un “recuento de daños”, pero esta podría calcularse también por la reducción sobre el 30 por ciento de su producción nacional.