Personalmente, el secretario de Educación Pública y Cultura del Gobierno del Estado, Juan Alfonso Mejía López, verificó esta semana en reuniones con maestros, padres de familia y directivos de escuelas el estado de ánimo que existe en lo que respecta al nuevo ciclo lectivo y la situación de emergencia sanitaria. La actitud dominante es que los alumnos no sean expuestos al riesgo de contagios y de ser necesario se aplace más el regreso a las aulas.

La Sepyc maneja el lunes 31 de agosto como fecha tentativa de reanudación de las tareas lectivas y la Secretaría de Educación Pública federal ha dejado en manos de las autoridades locales las decisiones en la materia, dependiendo de cómo se comporte en cada zona del país el semáforo epidemiológico. Sin embargo, es en las comunidades escolares donde más se analizan los pros y contras de retomar las clases presenciales.

Las posturas se agrupan en tres bloques de percepción:

  1. Mantener la escuela virtual, tal como se cerró el ciclo escolar 2019-2020, debido a que no hay garantías de retorno seguro a las aulas. En esta postura se toma en cuenta que la Secretaría de Salud estatal reportó durante la semana el crecimiento de casos de contagios acercándose a los 300 diarios.
  2. Regreso gradual a clases mediante la asistencia escalonada (un día medio grupo y al siguiente la otra mitad) para organizar la sana distancia entre los educandos. O en el caso de los planteles que estén en posibilidad de hacerlo, dividir los grupos en turno matutino y vespertino. La condición es que se garanticen medidas de prevención y los materiales que se necesiten.
  3. Basar en el semáforo epidemiológico el regreso a las aulas conforme sea el momento endémico en que esté Sinaloa. En rojo las clases serán a distancia y en los demás colores se podrá proceder a retomar las aulas ya sea de forma total o segmentada. En esta posibilidad tienen bastante capacidad de determinación los órganos de autoridad de las escuelas.

Por otra parte, hay organismos de la sociedad civil que proponen consultar más y ser incluyentes respecto a la toma de decisiones, revisando una serie de elementos concurrentes como infraestructura educativa, acceso a tecnologías, posibilidades de sanidad en instalaciones, protocolos de prevención y manuales pedagógicos. Esto significa adoptar acciones en consenso, pero siendo realistas en cuanto a la disponibilidad y eficacia de la educación de calidad.

Uno de los estudios más serios que podrían sustentar el regreso a clases con una fórmula específica para nuestro estado lo realizó el capítulo Sinaloa de Mexicanos Primero con base a la consulta en la que obtuvo 860 respuestas de 860 docentes y directivos y 993 de padres de familias que tienen acceso a dispositivos conectados vía Internet. El consenso es que sea cual sea el modelo a implementar, lo esencial consista en reducir el impacto del Covid-19 en el aprendizaje.

De la investigación de Mexicanos Primero Sinaloa derivan “Diez propuestas en educación que el Covid-19 nos dejó”, las cuales vale la pena destacar:

  1. Enfocarse en lograr objetivos de aprendizajes esenciales en cada nivel.
  2. Cuando podamos regresar a las escuelas, que las escuelas tengan jornadas extendidas para recuperar, reforzar y nivelar aprendizajes.
  3. Diagnosticar el estado socioemocional y del avance real de aprendizajes de las y los estudiantes al momento de iniciar las clases.
  4. Apoyar (no controlar) a los profesores en sus necesidades pedagógicas y emocionales del nuevo ciclo.
  5. Diseñar estrategias que cuiden la salud de maestras y maestros más expuestos ante contagio COVID-19.
  6. Crear redes de apoyo para brindar atención psicológica y acompañamiento prioritario para estudiantes en mayor riesgo de abandono escolar.
  7. Comunicar a tiempo y con claridad las medidas para la reactivación educativa, teniendo como prioridad disminuir la incertidumbre y preocupación.
  8. Coordinar con autoridades de salud federal y locales, la creación y utilización de un protocolo de salud único, claro y común a todas las escuelas.
  9. Procurar, cuando sea factible, que los estudiantes puedan estar con docentes que ya conocen.
  10. Medir y comunicar requisitos mínimos de higiene y limpieza (baños, agua, jabón) en todas las escuelas del estado, asegurando la disponibilidad de éstos en cada plantel.

Viéndolo en positivo, la presente dificultad significa trabajar unidos en el objetivo que la sociedad sinaloense se ha planteado durante décadas para contar con las mejores posibilidades de educación, desde preescolar hasta el nivel profesional y posgrados. Emerger de lo adverso con los arrestos, experiencias y estructuras en cuestión de saber y hacer, es lo mejor que puede resultar al convertir las dificultades en oportunidades.

Hoy lo importante es tomar la mejor decisión con el asentimiento de todos los componentes del sistema educativo estatal. Tanto la consulta que realiza la SEPyC como el ejercicio de palpar en las emociones e ideas que efectuó Mexicanos Primero Sinaloa se convierten en la brújula hacia dos puntos seguros: mantener a salvo a los alumnos de contagios del virus SARS-CoV-2 y lograr que la buena calidad de la educación sea otra lección que aprendamos de la pandemia.