Escrito en 1924, el Manifiesto del Surrealismo de André Breton definió a esta corriente artística como: “Un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética y moral”.
En este texto, el artista francés sugiere prescindir de la reflexión, de las observaciones y del análisis racional al momento de crear, buscando dar libre flujo a lo inconsciente y lo onírico.
Llevado al plano de lo social, esta relación del surrealismo con el mundo de los sueños podría bien emplearse como una analogía al ya próximo cierre de año en medio de la pandemia de Covid-19. Ante la contingencia global son muchos los hechos que nos hacen pensar que el colectivo social ha también dejado de lado la razón para seguir esos instintos y deseos inconscientes.
Es así que Sinaloa llega al mes de diciembre en color naranja, con alrededor de 400 casos activos y más de mil sospechosos; Culiacán, en eterno color rojo, concentra el mayor número de casos, pero también la determinación del grueso de la población de no dejar que la crisis sanitaria haga el papel de ‘Grinch’ y arruiné la navidad.
Pero la situación se repite a nivel nacional y global, pues ayer mismo México alcanzó un récord de 12 mil 127 contagios en un solo día y, a partir de este domingo, el estado de California ha anunciado un nuevo cierre de actividades no esenciales que, en algunos casos, se prolongará hasta los primeros días del 2021.
Mientras tanto, tanto sociedad como autoridades parecemos navegar la pandemia como soñadores despiertos, actuando no como lo dictan la ciencia y la razón, pero como si nuestros deseos conscientes e inconscientes fueran efectivamente una realidad concreta.
Para muestra el cubrebocas más grande del mundo, realizado por comerciantes del centro de Culiacán con el apoyo del Ayuntamiento como parte de las actividades del primer día del comerciante. Una fecha y un récord instaurados como símbolo de reconciliación entre el alcalde Estrada Ferreiro y los empresarios del primer cuadro de la ciudad.
Así, mientras todas las esperanzas para un regreso a la ‘vieja normalidad’ se ponen en la vacuna de Pfizer y la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios de Sinaloa (Coepriss) recomienda evitar las fiestas decembrinas, las autoridades saben que durante todo este mes se enfrentarán a multitudes de personas abarrotando las tiendas y centros comerciales y de fiesta a altas horas de la noche. Nadie se quiere quedar sin su posada.
Por lo mismo, por lo menos en Culiacán, el operativo Guadalupe-Reyes 2020-2021 concentrará esfuerzos en zonas comerciales y áreas recreativas, intentando persuadir a la población para cuidar las medidas sanitarias conocidas ya por todos: uso de cubrebocas, lavado de manos y sana distancia.
Para terminar este cuadro surrealista, apenas este viernes el presidente López Obrador publicó un decálogo para evitar contagios en fiestas decembrinas, el cual contempla medidas como no salir a la calle, convivir solo con los habitantes de un mismo hogar, utilizar la tecnología para comunicarse e incluso dejar los regalos de Navidad para otro momento.
Pero más que una recomendación del titular de la ‘República Amorosa’, el decálogo fue más una respuesta apresurada al llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que colocó a México junto a Brasil como los países que peor han manejado la pandemia.
Por lo pronto el Presidente sigue en su gira por Sinaloa negándose a aparecer públicamente con cubrebocas, en otro hecho merecedor de aquella frase del pintor Salvador Dalí cuando se negó a regresar jamás a México al señalar que ‘no soportaba estar en un País más surrealista que sus pinturas’.
Tema de la semana | Una navidad… ¿surreal?
Sinaloa llega a diciembre en naranja, con alrededor de 400 casos activos, más de mil sospechosos y con la capital sinaloense en un eterno semáforo rojo.

Comentarios
Antes de dejar un comentario pregúntate si beneficia a alguien y debes estar consciente en que al hacer uso de esta función te adíeles a nuestros términos y condiciones de uso.