El incremento en el estrés hídrico previsto en el País en los siguientes años y las intensas sequías complicarán las metas de energía limpia e implicarán mayores costos para industrias de alto consumo de agua y gobiernos locales, de acuerdo con un informe del Servicio de Inversores de Moody’s.
“Las sequías y el estrés hídrico en México afectarán las industrias de alto consumo de agua“, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en 2021 el País sufrió una de las peores sequías en décadas, cuyo pico en mayo alcanzó al 85 por ciento del territorio en condiciones de aridez anormal a sequía excepcional y el promedio de almacenamiento de las 210 principales presas cayó al 39.7 por ciento.
“La escasez de agua limitará la capacidad de generación de energía hidroeléctrica, lo que complicará los esfuerzos de México por alcanzar su objetivo de generar el 35 por ciento de la electricidad a partir de fuentes de energía limpia para 2024”, afirmó Roxana Muñoz, vicepresidente asistente de Moody’s y coautora del informe.
Esto afectará particularmente a industrias con un consumo intensivo de agua, como minería y de bebidas que, si bien cuentan con desarrollados planes de gestión del recurso como sistemas de reúso o suministro subterráneo, ante la escasez deberán aumentar el gasto de capital para mantener un acceso adecuado.
“En el caso de una escasez más severa de agua, creemos que el Gobierno de México dará prioridad a la producción de bebidas y alimentos para el acceso al agua, debido a la naturaleza esencial de estos productos. Aun así, las iniciativas para incrementar la sustentabilidad permanecerán como cruciales en un sector que encara el creciente escrutinio público”, apuntó el reporte.
La Conagua previó que el estrés hídrico aumente en México durante los próximos 10 años en por lo menos 30 de las 32 entidades federativas del País, aunque los riesgos no serán los mismos según la región geográfica, pues el norte recibe sustancialmente menos lluvias que el sur y requiere de mayor infraestructura, como presas o pozos, lo cual vulnera a los gobiernos locales.
“Los municipios se verán particularmente afectados, ya que tienen la responsabilidad constitucional de proporcionar servicios de agua potable, alcantarillado y tratamiento de agua, los cuales requieren un importante gasto en infraestructura, mientras que dependen en gran medida de los fondos del gobierno federal y estatal”, agregó Moody’s.
Las energías verdes que provienen de plantas hidroeléctricas tendrán una afectación sustancial aún no calculada, pero en la actual temporada de lluvias se pudo conocer que las dos plantas hidroeléctricas de Sinaloa tuvieron problemas para la generación de luz.
El problema de sequía también pondrá en riesgo la actividad agrícola, sobre todo la de producción de maíz, considerado como uno de los granos con mayor necesidad de agua en México.
Ese grano es el de mayor rentabilidad económica de Sinaloa, con 570 mil hectáreas destinadas para la producción.
Moody’s indicó en su reporte que durante las épocas de sequía registradas los productores llegan a sembrar maíz con un precio más elevado a la industria nacional, pues por la escasez en otras regiones se tiene mayor compra a nivel exportación.
De acuerdo con Moody’s, la diversificación del portafolio del sector financiero contribuye a que su exposición sea baja.
Los riesgos a partir de tales cuestiones ambientales que enfrentan los bancos están por debajo del promedio, aunque ciertos acreedores con exposiciones concentradas en la agricultura pueden experimentar una disminución de la calidad crediticia y para las compañías de seguros con exposición a la agricultura, la penetración general del mercado en este segmento es baja.
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