Al presentar el programa de control de precios en productos y servicios de primera necesidad, pero con la envoltura de “un acuerdo, una alianza, para garantizar que la canasta básica de alimentos tenga un precio justo” el presidente Andrés Manuel López Obrador remarca la preocupación nacional por el impacto de la inflación en la economía y las consecuencias que aún están por venir, sin que el mandatario presente un plan atenuante de largo aliento.

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El mismo Gobierno Federal advierte que la inflación podría llegar al “escenario apremiante” del 10 por ciento, aunque en el nivel en que está actualmente, del 7.5 por ciento, repercute con dureza en el poder adquisitivo de los mexicanos y la expectativa del Producto Interno Bruto para 2022 se desmorona en la realidad real, no obstante que desde Palacio Nacional el optimismo oficial es lo único que se ofrece.

La acción gubernamental consiste en contener el alza de precios en aceite de canola o maíz; arroz en grano; atún en lata; azúcar morena; bistec de res; cebolla; chile jalapeño; chuleta de puerco; frijol de grano; huevo de gallina blanco; jabón de tocador; jitomate saladet; leche; limón; manzana; naranja; pan de caja; papa; papel higiénico; pasta para sopa; pollo entero; sardina en lata; tortilla de maíz; y, zanahoria, los 24 productos que en su conjunto generan el 46 por ciento de la inflación.

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Pero en la mista tónica de no llamarle a las cosas por su nombre, enmascarando el control de precios en el llamado Paquete Contra Inflación y Carestía, se involucra a la planta productiva y al sector comercio supuestamente mediante consensos. Brillan por su ausencia las políticas públicas de control inflacionario a mediano y largo plazo debido a que en la mentalidad de los políticos lo emergente, lo de hoy, debe tratarse con plumazos y decretos sin medir antes los daños que generan.

¿Hay los acuerdos con el sector privado para sostener el “paquete” sea cual sea el comportamiento futuro de la inflación? ¿Cuál es el impacto que tendrá el “plan” en la pequeña y mediana empresa afectadas por dos años de pandemia y nulo apoyo gubernamental? ¿Cómo participa o se controla a la economía informal en este plan? ¿Quién cargará con el fuerte golpe que la carestía le asesta al salario de los trabajadores?, son algunas de las preocupaciones que hoy saltaron al debate público una vez que AMLO presentó su PACIC como una solución mágica sacada de la chistera del mago de la Cuarta Transformación.