Uno de los puntos más importantes y puntuales que se deben de atender cuando se comienza un negocio o se busca emprender una idea es desarrollar la identidad de la marca, además de conocer toda la contraparte del negocio, señaló Josue Yasset Ibarra Rangel, en el webinar que impartió como parte del programa Incúbate de la Secretaría de Economía de Sinaloa.
El analista de negocios en Fondeo Pyme explicó que el negocio no solo se trata del producto o servicio que se le entrega al cliente final, si no que son una serie de factores que provocan que en México el 75 por ciento de las pymes fracasen antes de cumplir los dos años de operaciones, lo que Michael E. Gerber, consejero, consultor empresarial y autor estadounidense denomina como el supuesto fatal.
Explicó que un negocio más que desarrollar un producto o brindar un servicio requiere trabajo de gestión de personal, administración, y mucho más, fenómeno descrito como la pesadilla técnica, ya que es muy común que cuando alguien decide emprender muchas veces lo representa como un proceso de independencia de tiempo y libertad para vivir mejor, sin embargo, sucede todo lo contrario.
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“El emprendedor que en su mente dijo ‘voy a trabajar menos, voy a hacer las cosas para tener más libertad’ termina siendo esclavo de su propio negocio, vemos ahí que los sueños del emprendedor terminan convirtiéndose en la pesadilla de los técnicos; y de ese 100 por ciento de empresas pymes que abren en México solamente el 25 por ciento ha sobrevivido.
Dentro de todo emprendimiento o negocio se encuentran tres personalidades fundamentales a la hora de trabajar: el técnico, el directivo y el emprendedor, pero el problema no es la persona que abre el negocio, sino la personalidad con la que lo está abriendo, ya que cuando está abriendo un negocio está actuando como tres personas en una”, detalló.
Ibarra Rangel compartió que la personalidad emprendedora hace que cualquier situación por difícil que parezca se convierta en una excepcional oportunidad, se trata del visionario que hay en cada persona, del soñador y de la energía detrás de cualquier actividad humana. El emprendedor vive en el futuro, ya que solamente piensa en lo que va a hacer o en lo que va a lograr, nunca vive en el pasado y raramente en el presente.
“No le gusta pensar en el cómo lo va a hacer, ni tampoco le gusta pensar en los factores extras que influyen en los negocios, el emprendedor es el innovador, el gran estratega, el creador de nuevos métodos para penetrar nuevos mercados, es nuestra personalidad creadora siempre actuando frente a lo desconocido, luchando por el futuro, creando las posibilidades y no se cuestiona el cómo se hará, él solo sueña”, detalló.
En tanto a la personalidad directiva dijo, es pragmática, sin el directivo no existiría la planificación, ni el orden, o las cosas predecibles, es la parte de las personas que cada que van a realizar algo busca que estén lo mejor ordenado posible. Es la personalidad de aquellos individuos que son muy detallistas, que si ven algo desacomodado lo acomodan, que si miran algo desordenado lo ordenan.
“El directivo vive en el pasado y mantiene el estado de las cosas en todo momento de forma compulsiva, o sea, el directivo no quiere nuevos negocios, quiere control sobre lo que ya tiene. Donde el emprendedor ve oportunidades el directivo ve problemas, tener que lidiar con más gente, tener que hacer las cosas de más trabajo, tener que organizar más. El emprendedor ve el que se hará, pero el directivo ve el cómo se va a realizar y cómo se va a organizar”, explicó.
La personalidad del técnico señaló, es el hacedor, su creencia por encima de todo siempre será que si quieres que algo se realice debes hacerlo tú mismo, nadie es de su confianza. Si él quiere realizar un trabajo él no va a saber delegar ese trabajo. El emprendedor vive en el futuro, el directivo en el pasado y el técnico en el presente, en el aquí y en el ahora.
“El técnico por naturaleza es desconfiado de los que trabajan para él dado que siempre está intentando realizar más trabajo de lo posible o incluso más de lo necesario, el técnico es individualista, él es el todólogo del negocio, sin él el negocio no existiría. Mientras el emprendedor mira que se hará, el directivo cómo y que controlar, y el técnico busca hacerlo, pero bajo sus criterios”, describió.
El analista de negocios en Fondeo Pyme dijo que si estas partes estuvieran perfectamente equilibradas se hablaría de una persona completamente competente, de una persona que sería muy eficaz, sin embargo, el problema radica en que la mayoría de las ocasiones la personalidad que sobreabunda en los dueños de negocios al emprender es el técnico, que viene con la mentalidad de que al saber realizar determinado trabajo va a entender a la perfección el negocio.
Explicó que un punto muy importante relacionado con la identidad de marca a la hora de emprender es el nombre, y los nombres comunes que eligen los técnicos a la hora de iniciar un negocio hacen referencia al dueño del negocio: ‘Carnicería Don Juan, Abarrotes Julio, Estilista Estefanía’, de modo que el propietario de la empresa y la empresa son una misma cosa y una vez que el propietario desaparece, desaparece la empresa.
“Es muy común que llegamos a hacernos un servicio personal y si no está el dueño del negocio, si no está la persona que nos atiende, con la que nosotros estamos encantados, no queremos, porque los clientes estamos vinculados con el dueño del negocio. Debemos de hacer una vinculación cliente con empresa y esto comienza desde el nombre, es fundamental a la hora de crear nuestra identidad de marca ponerle un nombre que haga ver que la empresa es diferente al dueño”, reveló.
Ejemplificó la diferencia entre Las hamburguesas de Carl’s y Carl’s Jr; o bien, que no es lo mismo Pollos fritos Sanders que Kentucky Fried Chicken; Los tacos de Bell, que Taco Bell; o un ejemplo más mexicano, más sinaloense es La carnicería Don Jesús, que no es lo mismo que SuKarne; ya que, dijo, al visualizar a la empresa como un organismo independiente se garantiza que los clientes no se vinculen con el dueño, sino que se vinculen con la empresa, pues como un organismo único requiere de un nombre, de imagen, de principios, de identidad única.
Especificó, la identidad de la empresa es el cómo percibe el consumidor al negocio, una marca vive y evoluciona en las mentes y los corazones de los consumidores por eso el contenido de marca ha sido la estrategia de marketing más grande y utilizada, que crea una personalidad de la empresa, despierta credibilidad y confianza hacia la empresa, crea impresiones a través de publicidad y garantiza negocios en el futuro porque se crea ese vínculo entre empresa y cliente.
Los pasos fundamentales que se necesitan para construir una identidad de marca que realmente destaque y tenga reconocimiento no son por azar, sino que son elegidos cuidadosamente para estar en sintonía con los valores y experiencia que la empresa quiere transmitir a su público, como la misión, visión, valores y sin duda uno de los elementos más reconocibles en las grandes marcas es su logo, un elemento que adquiere vida propia conforme se posiciona en la mente del público.
Además, detalló, la selección de color, los tonos que se utilicen en el sitio web, en la publicidad y hasta en los empaques deben estar orientados a la audiencia y a las emociones que se quieren despertar en ella, y forman parte de la identidad de marca; la tipografía, el lenguaje, la presentación o la forma en la que se sirven los servicios o productos.
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Finalmente mencionó, todo debe ir de una misma forma, dar un mismo mensaje, en un mismo lenguaje, todo idéntico porque es la identidad y si se empiezan a hacer distintas identidades solamente se va a confundir al cliente, debe haber congruencia.
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