La comunicación, es un tema interesante. Se sabe que en tiempos de Las cavernas, cuando el ser humano empezó a diferenciarse del género animal, lo cual ocurrió, supongo, cuando el hombre inventó el fuego, y empezó hacer bolas de humo para comunicarse con sus semejantes; de ahí nació el chisme, el cuento, la narrativa, la novela, y… el periodismo, la difusión de todo por todos los medios, que desde hace dos décadas para acá, ha dado saltos enormes por el empleo de la electrónica, destacando las benditas redes sociales; y con todo esto, ahora el mundo está atrapado en un estado de incertidumbre y temor.

Con la intención de dar claridad a mis confusiones, me puse e investigar sobre los diversos oficios de la comunicación, y encontré algunas definiciones:

Periodista.-  Es quién escribe en periódicos, reportero de noticias que da a conocer hechos reales.

Novelista.-  Es quien escribe en prosa, para describir acciones fingidas que imitan a la vida real.

El primero sostiene su verdad con datos obtenidos de una acuciosa investigación. El segundo tergiversa la verdad haciendo descripciones exageradas para captar emociones que entretengan al lector.

En ambos oficios ha habido grandes y connotados personajes en todo el mundo, la historia registra una larga lista muy basta y por demás interesante. En décadas pasadas, hubo escritores de la talla de Carlos Fuentes, 1928-2012, novelista mexicano que obtuvo renombre y premios por lo talentoso que fue. En sus novelas La región más transparente -1958- y La muerte de Artemio Cruz -1962-, describió a la sociedad mexicana con todos sus vicios y errores, entre los que destacaron las aberrantes acciones de políticos y empresarios, principalmente. Sin embargo, nunca se vio envuelto en ningún sainete que lo señalara. El caso de la censura sobre su novela Aura, -1962-; el escándalo nació debido a la actitud santurrona del Prianista secretario del trabajo Carlos Abascal, el cual debió soportar el descredito que eso le provocó, en cambio el escritor, aumentó su número de lectores porque la novela fue requerida por miles en todo el país.

El periodista Carlos Denegri, 1910-1970, en las décadas de los años 60 y 70s., se ganó a pulso el mote de: El vendedor de silencio, con este nombre, el escritor Enrique Serna, basado en la biografía del seguidor de noticias, relata sobre sus quehaceres a quien retrata como un tipo nefasto, delincuente despiadado y sin escrúpulos, que negociaba los casos de corrupción y crímenes, entre políticos y poderosos empresarios. Estas prácticas, no han disminuido, al contrario, ahora que el gobierno federal que dirige el Lic. Andrés Manuel López Obrador, -AMLO-, se han recrudecido e intensificado por el avieso afán de derrocarlo. Cosa curiosa, esto fue a causa de que el Presidente, decide acabar con la corrupción en todos sus niveles y causas; y son precisamente, la mayoría de los medios de difusión, quienes más se han manifestado en contra de esta medida, rabiosamente han desatado una intensa campaña de desprestigio, como parte de un plan para derrocarlo.

La actitud asumida por la inmensa mayoría de los mercenarios de la prensa, los dueños de los principales rotativos, de radio y televisión, es de verdad denigrante por lo nefasta e ingrata; pero también, porque conlleva un alto riesgo de peligrosidad, por la manera insensata de poner por delante a su dios: el dinero. No les asiste ninguna otra razón, dejan de lado todo vestigio de ética y moral. El odio manifiesto en sus exposiciones, hacen mella en millones de mexicanos en los que provocan el desconcierto.

Para amainar esta situación, el tiempo ahora juega un papel muy importante, porque cuando se empiecen a poner en funcionamiento las obras como el Aeropuerto Felipe Ángeles, la Refinería Dos bocas, el Tren Maya y demás obras que están dispersas por todo el país, como es el caso de decenas de hospitales, escuelas, universidades, y muchas más en todos los Estados; la sociedad en general, incluyendo a los llamados adversarios, la situación que ahora tensa al país, mejorará sin duda, porque quienes más se van a beneficiar, son precisamente los dueños del capital, serán los que aprovecharan invirtiendo en negocios; entenderán que este es un Nuevo Régimen al que han de pagar impuestos, que se acabaron los moches, la robadera y las componendas en lo oscurito. Ahora sí, al confesarse, el pecadómetro les quedará en cero por más tiempo.

El infalible tiempo, pondrá todo en su lugar, porque los beneficios que está teniendo el pueblo, son una realidad, beneficios que son justos porque cubren una necesidad primordial. Todavía falta que mejore el salario mínimo, los servicios en salud y educación; lo bueno es que la transformación avanza.

Por el bien de todos, hemos de conservar la cordura. Un antídoto para bajar la rabia, es ver y escuchar La mañanera. AMLO informa, en su mayoría noticias que favorecen a todos los mexicanos, imparte clases de historia, geografía, y un que otro chascarrillo.

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