El presidente Andrés Manuel López Obrador ha cumplido menos cosas que las que prometió en su campaña. Algunas porque aún no les ha llegado su tiempo y otras porque la realidad es una construcción continua, mucho más compleja de lo que se puede prever, sin embargo, la mayoría de las grandes promesas sí las ha estado cumpliendo, como atender “primero a los pobres”, ejercer un gobierno con sentido humano y combatir la corrupción.
En el terreno político, entre las cosas que prometió, destaca el acabar con el “tapadismo”, practicado particularmente durante la segunda mitad del siglo pasado y lo que va del siglo XXI, que los presidentes usaban como una estrategia para mantener su fuerza política y control del gobierno hasta el último día marcado por la ley para la postulación del candidato a relevarlo, siguiendo la frase que hizo famosa don Fidel Velázquez “el que se mueve no sale en la foto”.
La práctica del “tapadismo” se convirtió en un ritual casi sagrado en la política mexicana, que todos los pretendientes de algún puesto político cumplían puntualmente, desde los aspirantes presidenciales, hasta los que buscaban candidaturas a gobernadores, senadores, alcaldes o diputados por el partido gobernante, lo cual le confería un gran poder al presidente en turno porque podía decidir sobre todas las candidaturas y especialmente la de su relevo.
Al “destapar” a su sucesor –con el que ya había establecido, previamente, compromisos, a veces inconfesables— el presidente prácticamente le transfería la mayor parte de su poder político al candidato, lo que lo convertía en el virtual presidente, de tal forma que, una vez ungido, todos los grupos y expresiones políticas buscaban tener acercamiento y acuerdos con él y mientras que el presidente constitucional pasaba de hecho a segundo plano.
López Obrador ha tenido, por norma, ser más transparente que todos los gobernantes anteriores en la administración y conducción del gobierno, y no sólo ha permitido que los aspirantes a relevarlo se mueven y lo expresen públicamente, sino que hasta él mismo los ha lanzado al ruedo desde la mitad de su periodo de gobierno. Sin temor a que lo vayan a opacar, AMLO pretende que la gente los conozca, los evalúe y los elija en una consulta.
La semana pasada, el propio presidente abrió el taste para arrancaran los aspirantes presidenciales entre los que mencionó a la jefa del gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum y al canciller Marcelo Ebrard a quienes considera buenos candidatos y aunque dijo que Adán Augusto López, su secretario de gobernación, no es candidato, el acercamiento que hizo de Adán Augusto con los diputados fue considerado, de hecho, como su inclusión en la lista de los presidenciables.
A pesar de que la oposición y algunas voces críticas como la de Carmen Aristegui consideró el hecho como un destape, lo cierto es que a dos años y medio del cambio presidencial, ya no hay “tapado” porque todos ya están “destapados” y aunque el presidente seguramente sí tiene un favorito, eso podría cambiar en el trayecto de aquí a las fechas en que se deba registrar la candidatura. Es decir, ya no tiene solo una opción, sino tres y ya no es “tapado”, sino “destapados”, que se someterán al escrutinio del electorado y cuya definición se tomaría con base en los resultados de una encuesta, como se han hecho las definiciones de candidaturas a las gubernaturas.
Incluso, la encuesta publicada por Demoscopia Digital el fin de semana coloca a Marceo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López como los tres favoritos de Morena para la candidatura presidencial y a la pregunta “Si hoy fueran las elecciones y estos fueran los candidatos ¿por cuál candidato/partidos y/o coalición votaría?”, los tres aspirantes de Morena aparecen en primer lugar con una votación superior al 44% mientras que su más cercano competidor, Luis Donaldo Colosio Riojas, de la coalición PRI-PAN-PRD-MC, aparece con una votación máxima de 31.5%.
La misma encuestadora indica que en estos momentos el favorito del PRI, es Alejandro Moreno Cárdenas, el favorito del PAN, Ricardo Anaya, el favorito de Movimiento Ciudadano, Luis Donaldo Colosio Riojas y el favorito de Morena, Marcelo Ebrard, sin embargo, en la competencia por bloques (alianza o coalición), el favorito de PRI-PAN-PRD-MC, es Luis Donaldo Colosio Riojas, mientras que por el bloque Morena-PT-PVEM, la votación más alta la tiene Adán Augusto López, con 46.9%, Marcelo Ebrard aparece con 45.2% y Claudia Sheinbaum con 44.7%.
Marcelo Ebrard, quien se había mantenido “muy institucional” sin tocar el tema, hizo públicas sus aspiraciones presidenciales durante su visita al estado de Hidalgo, donde acudió a apoyar la candidatura de Julio Menchaca Salazar a la gubernatura del estado, evidenciado que ya tenían permiso del presidente para expresar sus deseos de competir por la presidencia de la república en el 2024.
Con esto el presidente deja claro que Sheinbaum, quien tiene más de un año de promoverse como la favorita para el relevo de López Obrador, no es la única aspirante que cuenta con su bendición, sobre todo después de haber perdido el congreso de la Ciudad de México en las pasadas elecciones federales. Ahora también entró formalmente a la competencia Marcelo Ebrard y aunque el presidente dijo que Adán Augusto no es candidato, durante una reunión con diputados de Morena y aliados del PT y Partido Verde provocó que ovacionaran a su paisano el secretario de gobernación.
“A ver, vamos a poner a consideración: vamos a hacer una especie de encuesta, de consulta, rápida, breve, ¿Verdad, díganme si sí o no: verdad que tenemos un buen secretario de gobernación?” Lo que provocó, lo que provocó aplausos u gritos de siiiii y que algunos de los legisladores se pusieran de pie y empezaran a gritar “¡Presidente, presidente!”.
Con el permiso del presidente para moverse, los aspirantes empezarían abiertamente su trabajo de formación de equipos y estrategias políticas para consolidar sus aspiraciones, que los lleven a posicionarse en el electorado. Es decir, su posicionamiento para la consulta del 2023 no sólo dependerá ya de su desempeño como funcionarios públicos, sino de sus giras, estrategias y formación de equipos que los promuevan con vistas a la consulta, por lo que en breve se empezarán a notar esos equipos en los estados.
Con el arranque de la carrera presidencial 2024 se pondrá fin temprano a la especulación de quien está con quien en los estados y particularmente en Sinaloa, pues no se trata sólo de apoyar al aspirante presidencial, sino de la propia definición de posiciones y candidaturas a las senadurías y diputaciones federales y candidaturas locales. Es decir, los aspirantes presidenciales también estarían formando los equipos en que habrían de apoyarse tanto para la campaña como para su ejercicio propio, en caso de ganar, en el congreso y en los estados.
Aunque se da por hecho que el alcalde mazatleco Guillermo “el químico” Benítez estaría con Claudia Sheinbaum mientras que el presidente municipal de Ahome, Gerardo Vargas, podría estar más cerca de Marcelo Ebrard, lo que aumentaría sus posibilidades de obtener la senaduría en el 2024 como plataforma hacia la gubernatura en el 2027, lo cierto es que aún quedan muchos cabos sueltos que habrá que amarrar. Con quién irían Imelda Castro, Jesús Estrada Ferreiro –si se salva del juicio político—, Héctor Melesio Cuen, si mantiene su interés en ir en alianza con Morena y Feliciano Castro Melendres, líder de la JUCOPO que teje todos los días su estrategia desde del congreso local? ¿Quiénes serán los seguidores, en Sinaloa, de Adán Augusto, recién incorporado a la competencia, aunque el presidente insiste en que no es candidato? Por su parte, Ricardo Monreal sabe que no está –ni estará—entre los favoritos del presidente para el 2024 y aunque insiste en que permanecerá en Morena, mantiene abierta su comunicación política con la oposición, lo que permite suponer que, llegado el momento de las decisiones, no se descartaría como contendiente por una alianza opositora.
Comentarios
Antes de dejar un comentario pregúntate si beneficia a alguien y debes estar consciente en que al hacer uso de esta función te adíeles a nuestros términos y condiciones de uso.