
Lo ocurrido en el estadio La Corregidora en la ciudad de Querétaro el pasado sábado 5 de marzo de este transformador año 2022, no es por desgracia, un acontecimiento que sorprenda por su tragedia. En la historia mundial del futbol este tipo de acontecimientos se han dado de manera recurrente, y aunque el juego es perfecto, como lo afirma el anónimo, es también un juego de mucho rose y pasión. No es por esto que se den los hechos violentos, no, eso obedece a la condición del género humano, y en esto cuentan mucho las circunstancias. Y en esto de las circunstancias caben muchas causas y causales.
En el año de 1964. Perú y Argentina. Los argentinos ganaban el partido, faltando dos minutos para el final, Perú empató, pero el árbitro anuló el gol, eso causó la ira de la afición peruana, y uno, brincando la barrera entró al campo de juego con la intención de agredir al nazareno, en eso intervino la policía y se armó una batalla campal que terminó en masacre con 300 aficionados muertos.
En el año de 1985. En una final de la copa europea en Liverpool contra el Juventus. Los Hooligans, identificados como peligrosos aficionados al fútbol, por quítame estas pajas, con botellas, tubos y navajas, masacraron a 39 aficionados italianos
En el año de 1989. En la final de la FA CUP, entre Liverpool contra Nottingham, el sobre cupo en el estadio, provocó una avalancha humana, que dejó 90 aficionados muertos.
En nuestro país se han registrado hechos violentos, en los que ha habido muertos, tal fue el caso del ocurrido en el túnel del estadio Universitario. Hubo 8 muertos al ser apachurrados. Esto fue el año de 1985; estas desgracias se han repetido con saldos de heridos, el 2011 en un encuentro entre El Santos y el Morelia, el 2016 Puebla-Monterrey, el 2017 Veracruz-Tigres y el 2019 Gallos blancos-San Luis. Pero estos no son los únicos casos, por desgracia, tampoco serán los últimos.
Las causales por las cuales ocurren estos hechos, de fondo son la falta de responsabilidad, principalmente de las autoridades, tanto de los gobiernos como de los directamente involucrados. A nivel mundial la Federación Internacional de Futbol –FIFA-, Organización que ha estado en la picota por sus malos manejos, lo mismo ha ocurrido con la FEMEXFUT, Federación Mexicana de Futbol Asociación, ambas han demostrado que los que más les interesa es el dinero que se mueve en el ámbito, y eso no estaría mal, si cumplieran bien con sus obligaciones, sobre todo, con la de salvaguardar los derechos, tanto de los jugadores como de los aficionados. Pero esto no termina aquí, esto va más allá, porque en lugar de aportar mejores condiciones a los jugadores, y preocuparse un tanto por elevar la calidad física e intelectual de ellos, y así tener la oportunidad de formar mejores equipos, y por consecuencia, también una selección nacional que nos permita hacer un mejor papel en los mundiales, pero no, eso no deja dinero, prefieren la mediocridad demostrada desde el primer mundial en Uruguay en 1930 donde nuestra selección fue eliminada al perder sus primeros dos partidos; y así ha sido y así seguiremos, con la esperanza perdida de lograr un campeonato mundial en la categoría mayor.
Sobre esta situación, hice un análisis más a fondo que publiqué en mi novela La Selección, fue en base a una investigación, mediante entrevistas a personajes del ambiente del fútbol. Esto fue hace 18 años, pero de entonces acá, nada a cambiado. El hilo de la novela es conducido por Javier Borquetti y Bruno Sánchez, ambos héroes imaginarios de sobra conocidos.
Seguramente con este terrible acontecimiento que hoy nos ocupa, los medios, sobre todo los especialistas de la televisión, se desgranaran en dar mil razones que pudieran sugerir mejores cambios, pero, como siempre, quedará en eso: palabras, palabras y más palabras.
Y no pasará nada, la transformación en el fútbol mexicano, se dará, cuando llegue la siguiente generación con una nueva educación y forma de pensar, por ahora lo seguiremos viendo igual, tanto en vivo, como en los medios televisivos: el comportamiento de la afición, será la misma facha, esa que va de acuerdo con la de quitarse la playera, brincar como changos y dar alaridos de orangután, porque de aficionado, se transforma en bestia. Lo cual no dista mucho del espectáculo que dan los jugadores, que por cualquier rose con el contrario, se tiran al césped, para revolcarse con gestos y halles de dolor como si de un ataque de rabia perruna se tratara; lo curioso es que, tras la amonestación del silbante, se levantan como si nada. Una burla.
Sugerencias: que se extreme la seguridad de los estadios, que se aumente el número de policías y se les capacite; mientras esto es posible, que se cancelen la entrada a los estadios a las hordas bestiales que conforman las barras o porras.
P.D. a mis dos lectores: Cirilo y Procopio, les insisto en mirar y escuchar La mañanera, así podrán comprender mejor el avance de la 4ta. Transformación cuyo propósito más importante es eliminar la corrupción, consolidar la democracia y moralizar en lo posible a la población, para ser más capaces de exigir mejores: gobiernos estatales, municipales, estadios, ligas de béisbol, futbol, basketboll, box y demás deportes.
Comentarios
Antes de dejar un comentario pregúntate si beneficia a alguien y debes estar consciente en que al hacer uso de esta función te adíeles a nuestros términos y condiciones de uso.