Un repaso al desempeño económico de las regiones de México
Avances y retrocesos en los últimos cuarenta años
Recién concluí un nuevo curso de la materia de Técnicas y Métodos para el Análisis y la Planeación Económica Regional en la Maestría de Ciencias Económicas y Sociales de la Facultad de Economía y Ciencias Sociales de la UAS. Como resultado de los estudios hechos por los estudiantes que formaron parte del curso, nuevas cifras e indicadores se generaron y hoy quiero compartirles algunos de ellos, porque creo que abonan a entender mejor las razones que explican el éxito o el rezago en materia económica de las regiones de México. Como en los resultados que presenté hace aproximadamente un año, el presente análisis incluirá a todas las entidades del país, pero en algunos casos pondré especial énfasis a las características y el desempeño de la economía sinaloense. En esta ocasión también, destacaré las condiciones de las entidades del noroeste de México. Incluiré a Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Querétaro. Este último, con la finalidad de contrastar el desempeño de las entidades de la región con una de las entidades de mejor dinámica económica en los últimos años.
Preciso que la mayor parte de los cálculos e interpretaciones que presentaré han sido hechos por los extraordinarios alumnos del curso en mención. Mi mayor agradecimiento para Dayanna, Luis Roberto y Carlos, por sus aportaciones y por permitirme presentar el producto de sus esfuerzos en este espacio. Aclaro también, que los indicadores se construyeron con las cifras del PIB 2021 (últimos datos del PIB por entidad federativa) y una parte del análisis corresponde al periodo 2003-2021 y otra más al 1980-2021.
Empezaré, con datos correspondientes al periodo 2003-2021, por mostrarles los resultados de la aplicación de las llamadas Técnicas de Análisis Regional (TAR). Lo primero que analizamos es la estructura productiva de los estados señalados. Encontramos que, con excepción de Sinaloa y Baja California Sur, las actividades manufactureras representan entre el 25 y el 30 por ciento del total de las actividades productivas en cada entidad de la región noroeste, y Querétaro. En el periodo, los mayores aumentos para las manufacturas se observan en Baja California y Chihuahua, que pasaron de 26.3 y 25.5 por ciento, a 27.0 y 28.4 respectivamente. Sinaloa, aunque mejoró en el periodo, mantiene, para las manufacturas, un porcentaje por debajo del 9 por ciento. Para resaltar, el aumento en el peso de las actividades relacionadas con el turismo en Baja California Sur, que prácticamente duplicaron su participación en la estructura productiva de la entidad (pasaron de 7.6 a 16.5%). Hay que señalar también que, en Sinaloa, después de los casi veinte años que se han tomado como referencia, las mayores participaciones siguen correspondiendo a comercio al por mayor (12.5%), comercio al por menor (11.8%) y las actividades primarias (11.2%).
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Por lo que toca a la participación de las entidades federativas en los productos sectoriales nacionales, Sinaloa solo destaca por su aporte al PIB total de las actividades primarias, con una mejoría entre el 2003 (6.6%) y el 2021 (8.1%), manteniéndose, por sus aportaciones, en el cuarto lugar nacional. Como destacado puede considerarse también, el aumento de la participación del turismo sinaloense en el turismo nacional, ya que casi duplicó su contribución en el periodo, al pasar de 2.4 a 4.5 por ciento. Esto le valió para avanzar de la posición 11 a la 6 en el ranking de las contribuciones al turismo nacional. En la región noroeste, las entidades de Sonora (4.4%), Chihuahua (5.5%) y Baja California (5.6%) siguen mostrando una participación importante en la industria manufacturera nacional. También resulta sobresaliente el aumento conseguido por Sonora en la minería, ya que cuatriplicó su participación en el ámbito nacional, al pasar de 1.9 a 7.4 por ciento.
El Cociente de localización, otro indicador de las TAR, que permite identificar los sectores que en cada entidad tienen un peso importante (una medida de especialización) en tanto superan el peso que el mismo sector tiene en la estructura productiva nacional, muestra que en tal condición se encuentra la generación, transmisión y distribución de energía y la industria manufacturera en el caso de Baja California; turismo en Baja California Sur; producción de manufacturas en Chihuahua; actividades primarias y turismo en Sinaloa y; minería en Sonora.
Por su parte, el Coeficiente de especialización señala cuál de las entidades federativas tiene una estructura más parecida a la estructura productiva del país. Lo que encontramos, en la región noroeste, es que las de Sonora (lugar 14 en un ranking nacional de semejanza) y Chihuahua (lugar 16) son las más parecidas, mientras que las más se diferencian son las de Baja California Sur (lugar 28) y Sinaloa (lugar 23). Es también un indicador valioso el Coeficiente de reestructuración, ya que a través de él pueden identificarse las entidades que, para bien o para mal, más han modificado sus estructuras productivas, en este caso, en las últimas dos décadas. Así, la mayor reestructuración corresponde a Baja California Sur (lugar 6 en un ranking nacional de modificación de estructura), seguida de Sonora (lugar 16). Para mal, la menor reestructuración es la de Sinaloa (lugar 27).
Adicionalmente, con el indicador de Base económica, se aprecia que Sinaloa posee una base exportadora muy importante ligada a las actividades primarias. Por su parte, la producción manufacturera constituye la base exportadora de Baja California, Chihuahua y Sonora. Es mediante el llamado Cuociente de variación que pueden localizarse, en cada entidad, los sectores con mayor dinámica de crecimiento en los últimos veinte años. Es el comercio al por mayor en Baja California, también el comercio al por mayor y el turismo en Sinaloa, el turismo en Baja California Sur y, la minería, en Chihuahua y Sonora. En el ámbito nacional, el comercio al por mayor es el sector de mayor dinámica y, de la región noroeste y del país, Baja California Sur tiene la mayor variación positiva en su producto total. De las entidades de la región noroeste, Sinaloa es la que presenta la variación más baja.
Como en otra ocasión lo señalé en este espacio, el Análisis Shift and Share permite comparar el crecimiento de las economías subnacionales con la dinámica nacional y establecer las causas que explican las buenas o malas dinámicas de crecimiento regional. Sinaloa muestra un efecto total positivo, un efecto estructural también positivo y un efecto diferencial negativo. Dado que el efecto total es el resultado de la suma de los efectos estructural y diferencial, en el periodo este resulta positivo como consecuencia de que el efecto estructural (el positivo) es mayor que el efecto diferencial (el negativo). Esto lo que quiere decir es que, aunque con un pequeño margen, Sinaloa forma parte del grupo de entidades federativas que en el periodo reciente se han caracterizado por tener una dinámica regional mayor a la nacional, debido a que tienen una relativa especialización en sectores dinámicos, aunque su dinámica sectorial (la que tiene que ver con sus sectores más relevantes) ha sido menor que la nacional. El resto de las entidades del noroeste muestran todas efectos totales positivos, pero derivado de la presencia de efectos positivos tanto en el caso del efecto estructural como del diferencial. Lo cual significa que en el periodo reciente ellas han podido aprovechar tanto las condiciones internas como las externas.
Por otro lado, el Análisis Shift and Share Modificado, una versión más robusta y dinámica que la medición anteriormente señalada, muestra que Sinaloa, en los últimos 20 años, se encuentra entre las entidades ganadoras. Es decir, las que han crecido, aunque sea un poco más que el país, pero se espera que en el futuro comiencen a decaer si no realizan ajustes en su estructura productiva. Cabe señalar que esta información se desprende de la información que ofrece el efecto regional modificado y el efecto estructural modificado. Por cierto, el efecto regional modificado que establece la condición de región ganadora tiene, para Sinaloa, el valor más bajo en la región. Entonces, es ganadora, pero por poco y la necesidad de la reestructuración productiva se vuelve relevante.
En el ámbito del análisis regional, también resulta relevante saber si la distancia en las condiciones económicas entre las regiones se ha reducido o aumentado con el paso del tiempo. Dicho de otro modo, considerando la existencia de una supuesta región promedio, ¿las regiones más ricas o más pobres están más lejos o más cerca de esa región hipotética? Una interrogante de esta naturaleza se traduce en lo que se llama la hipótesis de convergencia, que podría llevar a concluir que efectivamente entre los estados del país, se ha generado un proceso de acercamiento económico que los ha hecho económicamente menos distantes. En cambio, podríamos confirmar que el proceso camina en sentido contrario, generando una ampliación de la brecha, lo que podríamos llamar divergencia.
Someter a prueba la validez de la llamada hipótesis de convergencia, requiere poner en práctica técnicas y métodos para el análisis regional, en las que se emplean la estadística y la econometría. Para ello tomamos como base los valores del PIB per cápita por entidad federativa para los años 1980 y 2021 y lo primero que obtuvimos fueron los indicadores de los llamados sigma y beta convergencia. La sigma convergencia es un método estadístico que prueba si con el tiempo los valores per cápita del PIBE de las entidades federativas se van acercando o se van alejando del valor promedio del conjunto. Para mayor precisión, se calculan tres indicadores, el coeficiente sigma, el coeficiente de variación (que relaciona el coeficiente sigma con el valor promedio del conjunto) y el coeficiente de variación ponderado (que para ponderar considera el tamaño de la población de cada entidad). Para las entidades federativas, los tres indicadores muestran evidencias a favor de un proceso de convergencia (las diferencias económicas se han reducido) considerando los últimos 40 años.
La disminución de las diferencias entre los productos per cápita estatales puede o no ser significativa, matizando el cumplimiento de la hipótesis de convergencia. Para probarlo es necesario recurrir a la llamada beta convergencia que, apoyada en las técnicas econométricas, se basa en la estimación de una ecuación cuya variable dependiente es la tasa media de crecimiento anual del PIBE per cápita de las entidades tomando en cuenta los extremos del periodo considerado de análisis (1980-2021), mientras que la variable explicativa es el PIBE per cápita de cada entidad en el punto de partida del periodo estudiado (1980). No tengo espacio para profundizar en consideraciones teóricas, por lo que solo diré que el modelo sugiere que, si se cumple la hipótesis de convergencia, será porque aquellos estados que tenían hace 40 años los menores (mayores) niveles de PIBE per cápita, son los que han presentado en el periodo las tasas medias de crecimiento anual más altas (bajas). La evidencia se obtiene del signo del estimador que asocia las variables del modelo, el cual deberá ser negativo y estadísticamente significativo. Para el caso que nos ocupa, dicho estimador resulta con signo negativo y estadísticamente significativo, lo que señala que efectivamente entre las entidades del país las diferencias han disminuido, la brecha se ha reducido. Tristemente luego, a través del cálculo de lo que llamamos velocidad de convergencia, confirmamos que, si bien el proceso de convergencia existe, es demasiado lento y las condiciones cambiantes del entorno podrían volverlo irrelevante.
Pese a esta última reflexión es evidente que las cosas han cambiado. Hace cuarenta años, por ejemplo, las entidades con mayor PIBE per cápita eran Campeche, Quintana Roo y Tabasco y las que tenían los registros más bajos eran Zacatecas, Oaxaca y Michoacán. Hoy (2021), en los primeros lugares tenemos a Campeche, CDMX y Nuevo León y, en los últimos, a Chiapas, Oaxaca y Guerrero. La diferencia, en pesos, entre los más altos y más bajos de la tabla con respecto al PIBE per cápita promedio se ha reducido en el periodo considerado.
Resulta interesante ver cómo ha cambiado la posición de las entidades federativas en el ranking nacional considerando su PIB per cápita. Zacatecas (+8, de la 32 a la 24), Chihuahua (+7, de la 17 a la 10), Guanajuato (+6, de la 25 a la 19), Aguascalientes (+5, de la 16 a la 11) y la CDMX (+4, de la 6 a la 2) son las que más han mejorado o ganado posiciones en las últimas cuatro décadas. Las que más han empeorado son Tlaxcala (-11, de la 18 a la 29), Quintana Roo (-11, de la 2 a la 13) y Chiapas (-8, de la 24 a la 32).
Además, recurrimos para el análisis de la convergencia, a los llamados cuadrantes de convergencia. Esta técnica, a través de una matriz de doble entrada, permite separar a las regiones cuyos comportamientos son superiores o inferiores al comportamiento promedio, tanto en el PIBE pc al principio del periodo de análisis (1980), como en la tasa media de crecimiento del PIBE per cápita (1980-2021). La matriz genera cuatro cuadrantes, el primero (I) en donde se ubican los estados ganadores, que son los que tenían en 1980 un PIBE pc superior a la media municipal y su PIBE pc creció a una tasa superior a la media nacional; el segundo (II) que incluye los estados convergentes, cuyo PIBE pc era inferior al valor promedio nacional en 1980, pero crecieron a una tasa superior a la media nacional; el tercero (III), es para los estados estancados, aquellos que se ubican por debajo del promedio tanto en el PIBE pc de 1980 como en la tasa de crecimiento del PIBE pc del periodo y; el cuarto (IV) que agrupa a los estados declinantes, aquellos que teniendo en 1980 un PIBE pc superior a la media, crecieron, en el periodo, menos que el promedio de los estados. En sentido estricto, son los cuadrantes II (estados convergentes) y IV (estados declinantes) los que evidencian un proceso de convergencia.
Por último, para el análisis regional se utilizó también el Método de Cuadrantes de Desempeño Económico. Estos se construyen utilizando como indicador al PIBE, en este caso con datos del periodo 1980-2021. Se trata de los últimos 41 años, en los que México ha implementado un modelo de apertura comercial orientado al desarrollo de la actividad manufacturera y la promoción de las exportaciones. Con este método, se trata de identificar cuatro grupos, separando por renglón a las entidades federativas cuya tasa de crecimiento medio anual en el periodo 1980-2021 ha sido más baja y más alta que la media nacional y, por columna, a las entidades que tienen, en el 2021, un PIB per cápita más bajo y más alto que la media nacional. Se configuran así cuatro cuadrantes, el cuadrante I que incluye las entidades federativas dinámicas y con alto PIB pc, el II que contiene las dinámicas y con bajo PIB pc, el III en donde están las no dinámicas y con bajo PIB pc y, el IV, que concentra las no dinámicas, pero con alto PIB pc. Es decir, el cuadrante I reúne a los estados con la mejor condición y el III a los que están en el mayor rezago.
Los Cuadrantes de Desempeño Económico, nos revelan que las economías subnacionales ganadoras en estos últimos 41 años han sido las ubicadas en el norte y el Bajío del país. Hago notar que todas las entidades de la región noroeste forman parte también del cuadrante I. Se observa que las grandes perdedoras han sido mayormente las entidades del sur, aunque Sinaloa y otras entidades forman parte también del grupo. Como he señalado, en el periodo considerado, en estas regiones la tasa de crecimiento media anual del PIBE se encuentra por debajo de la tasa nacional y, en el 2021, su PIB per cápita es menor que el PIB per cápita promedio nacional.
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Hoy para concluir digo poco para que cada uno haga sus propias conclusiones. Me quedo pensando en tres cosas. Primera, nada es producto de la casualidad y las regiones más prósperas han construido su propio destino. Segunda, entidades como Sinaloa debieran diseñar estrategias para aprovechar la prosperidad de sus vecinos. Tercera, para que el país crezca y se desarrolle con mayor rapidez, es importante hacer lo necesario para que los nuevos factores de impulso que de manera interna y externa se están manifestando, alcancen a una mayor cantidad de regiones.
A Dayanna, Luis Roberto y Carlos, las gracias por su atención y dedicación. Éxito en su vida personal y profesional.
Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de ESPEJO.
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